miércoles, 4 de marzo de 2009

Trágico final para pelotero cambiado por bates

Pregúntele al fanático de béisbol más empedernido quién es John C. Odom y casi seguramente se encontrará con miradas confusas. Pero mucha gente ha oído sobre el espigado lanzador derecho.
Trágico final para pelotero cambiado por bates
Él fue el jugador de ligas menores cambiado por 10 bates de maple.

El asunto salió a luz en mayo cuando la inusual transacción apareció en las páginas deportivas, y Odom pasó a ser el remate de una broma.

Pareció lidiar bien con las circunstancias. Odom, que fue prospecto en el sistema de ligas menores de los Gigantes de San Francisco _ el futuro astro Tim Liceum durmió en su sofá en Clase A _ aceptó alegremente entrevistas, y bromeó sobre el extraño acuerdo que le hizo famoso, diciendo que sería una historia mejor si él llegaba a las Grandes Ligas.

"La gente me dice: 'Yo me mataría si me sucede algo así' ", dijo Odom en aquel entonces, rechazando una idea tal.

Tres semanas después del cambio, Odom dejó abruptamente su equipo.

Seis meses después del cambio, estaba muerto.

El médico forense dijo que la muerte de Odom el 5 de noviembre a los 26 años había sido una sobredosis accidental de heroína, metanfetamina, benzylpiperazina y alcohol.

La muerte de Odom había atraído muy poca atención para el inicio de los entrenamientos de primavera. Ahora, ex compañeros de equipo, managers y funcionarios repiten una pregunta que no tiene respuesta satisfactoria.

"Le aseguro que este asunto del cambio realmente le perturbó. Eso me preocupó mucho", dijo Dan Shwam, que fue el manager de Odom el año pasado con los Broncos de Laredo en la Liga United. "O realmente creo, conociendo sus antecedentes, que eso lo llevó de regreso a la bebida, de vuelta a las drogas".

Shwam añadió: "El tenía demonios que le acosaban, que le perseguían desde hacía tiempo. Pero no hay forma real de saber si fue el cambio lo que lo causó, ¿no es cierto?".

Odom ciertamente no iba camino al estrellato cuando los Vipers de Calgary de la independiente Golden Baseball League le hicieron una curiosidad instantánea.

De acuerdo con sus propias palabras, Odom era "un joven perdido" que fue expulsado del equipo de su escuela secundaria en Rosswell, Georgia. Unos pocos años más tarde, se apareció en Florida en el Tallahassee Community College, una potencia beisbolera en el circuito de universidades pequeñas.

"Este tipo llega a mi oficina, con el pelo por debajo de los hombros, aretes, y me pregunta si puede practicar en mi terreno", recuerda el manager de TCC, Mike Mcleod.

Con una pronunciada curva, una recta de 90 millas y un buen cambio, Odom fue incorporado al equipo. Lanzó bien, terminando la campaña 2003-04 con un récord de 9-3.

Odom tenía otro talento: Era un excelente guitarrista, tocando tan a menudo que se lesionó el codo y se perdió algunos juegos.

"Él tenía corazón de músico, no de atleta", dijo Mcleod. "Era maniaco. A veces venía con espejuelos oscuros y uno sabía de inmediato que estaba de mal humor. Pero tenía tanto talento".

Más tarde, Odom acordó ir a la Universidad del Estado de Oklahoma, pero fue contratado por los Gigantes, que le habían seleccionado en la ronda 44 de la lotería amateur.

Tuvo cuatro años desiguales en el sistema de los Gigantes, ninguno de ellos más allá de Clase A. Acumuló un récord de 9-8 en 38 partidos, se perdió una temporada por una severa lesión en el codo derecho y otra por una dislocación del hombro izquierdo.

Los Gigantes le dejaron ir en los entrenamientos de primavera el año pasado. Calgary le ofreció trabajo, pero en 1999, cuando era menor de edad, Odom fue hallado culpable de agresión agravada y por ello no pudo ingresar a Canadá. El 20 de mayo, el equipo hizo el famoso cambio.

El presidente del Calgary Peter Young y el gerente general de Laredo José Meléndez estuvieron a punto de cambiarle por un toletero, pero ese acuerdo se desplomó. Meléndez propuso comprar el contrato de Odom por 1.000 dólares. Young lo rechazó, diciendo que los Vipers no hacían cambios en efectivo porque hacía ver al equipo inestable financieramente.

Pero bates, a los Vipers les hacían falta. A 665 dólares por 10 bates Prairie Sticks de 34 pulgadas, modelo C243, Laredo aceptó el inusual acuerdo.

"Esto no fue hecho para conseguir publicidad", dijo Young, ahora director de operaciones de béisbol de los Vipers. "Hablé con John varias veces y le dije que no lo hicimos para avergonzarle".

Odom empacó sus cosas y manejó 30 horas, casi 3.200 kilómetros, hasta Laredo. Cuando llegó a Texas, todo el mundo quería preguntarle sobre el cambio. Y él no se molestó.

Su primera salida no estuvo mal.

Pero entonces llegó una noche particularmente mala en Amarillo.

El béisbol no es siempre ese deporte cálido y acogedor que se muestra en películas como "Bull Durham" y "Field of Dreams". A veces puede ser también cruel e implacable.

El relevista Donnie Moore se suicidó de un disparo tres años después de haber permitido el jonrón que impidió que los Angelinos ganasen el banderín de la Liga Americana. El astro de los Medias Rojas Bill Buckner fue blanco de azotes incesantes luego de dejar escaparse entre las piernas una rola en la Serie Mundial, un costoso error que abrió el camino a la derrota del equipo. Un fanático de los Cachorros, Steve Bartman, se ocultó de la vista pública después de dejar caer un foul y posiblemente costar a su equipo su primer cetro de la Liga Nacional desde 1945.

El 5 de junio en Amarillo, el tema de "Batman" se dejó escuchar cuando Odom se calentaba por Laredo, y el pitcher saludó con la gorra. Pero fue vapuleado con ocho carreras en apenas 3 1-3 innings y hostigado sin misericordia por la fanaticada.

"Los cantos, los abucheos, fue terrible. Tuve que sacarle de allí por su propio bien. Él se estaba desmoronando, justo frente a todo el mundo". dijo Shwam.

Odom trabajó bien durante cinco innings en San Angelo cinco días más tarde, en la que fue su última salida. Al día siguiente, el serpentinero le dijo al manager que no podía más.

"Tengo cosas que resolver en casa. Tengo que arreglar mi vida", recuerda Shwam que le dijo Odom.

Y con esas palabras desapareció.

En enero, Shwam llamó al teléfono celular de Odom para preguntarle si deseaba lanzar este año para un equipo en Alexandria, Virginia, pero solamente pudo alcanzar su buzón de mensajes. Unas semanas más tarde, se enteró de que Odom había muerto.

"La noticia me sacudió", dijo Shwam. "Desafortunadamente, no me sorprende".
Trágico final para pelotero cambiado por bates

No hay comentarios:

Publicar un comentario