jueves, 12 de febrero de 2009

Ausencia en Egipto enciende dudas sobre el futuro de juveniles en Argentina

BUENOS AIRES (AFP) - La inesperada ausencia de Argentina del Mundial Sub-20 de Egipto-2009, tras la mala actuación del equipo en el Sudamericano de Venezuela, es un duro impacto en medio de una década exitosa del seleccionado juvenil, sumergido ahora entre incógnitas, quejas y advertencias rumbo al futuro.

Argentina, máximo ganador de la categoría Sub-20 con seis títulos, tres de ellos alcanzados en los últimos años (Argentina-2001, Holanda-2005 y Canadá-2007), sufrió un golpe muy fuerte con la caída de un equipo que partía como candidato y regresó de Venezuela sin uno de los cuatro pasajes, lo que se consideraba apenas un trámite.

El equipo dirigido por Sergio Batista protagonizó un desastre, al finalizar la competencia con apenas un triunfo en nueve encuentros, y el sexto puesto entre seis equipos en la ronda final, además de recibir tantos en todos los encuentros.

La debacle quedó más marcada aún por el juego mediocre que planteó Argentina, con un plantel en el que sólo se destacó el delantero Eduardo Salvio (Lanús), mientras que el resto fracasó estrepitosamente y no mostró rebeldía ante la adversidad ni la garra y amor propio que caracterizan al futbolista argentino.

Además, careció de disciplina, al punto de sufrir cinco expulsiones en todo el torneo, una cifra impensada en los tiempos en los que José Pekerman estaba al mando de los seleccionados juveniles.

La pobre imagen que dejó el conjunto nacional trajo justamente el recuerdo de la etapa más brillante de Argentina en los seleccionados juveniles, en un período que se extendió con Hugo Tocalli.

Sin embargo, el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, decidió cambiar y designó a Batista al frente de la sucesión de las categorías menores, junto con otros integrantes del equipo campeón en México-1986, en una tarea que hasta aquí no dio mayores resultados.

El 'Checho' Batista se lució al conducir al equipo Sub-23, reforzado con estrellas como Juan Román Riquelme y Javier Mascherano, a la obtención de la medalla de oro en los Juegos de Pekín-2008, pero en Venezuela fue uno de los principales responsables de la eliminación.

"Por la expectativa que se generó se puede hablar de fracaso. Teníamos jugadores para ganar el campeonato, pero las cosas no salieron como pensábamos y quedamos fuera del Mundial, nunca levantamos", admitió Batista.

De todos modos, el entrenador indirectamente le endilgó parte de la culpa al plantel, al comentar que "dentro del campo nos faltaron muchas cosas para jugar un certamen duro como es un Sudamericano. No se tomó como había que tomarlo".

Esta derrota marca a una generación que pasará sin haber dejado al menos un jugador de nivel exquisito, como en su momento lo fueron Riquelme, Lionel Messi, Sergio Agüero, Javier Saviola y Esteban Cambiasso, también surgidos en mundiales Sub-20.

"Se nos hizo todo muy difícil. Nunca imaginamos que se nos iba a complicar tanto. Buscamos explicaciones, hubo de todo. Fuimos muy 'livianitos', muy tibios a la hora de atacar", planteó Salvio en una autocrítica antes de la caída por 1-0 con Colombia que significó la salida definitiva.

Sólo en cuatro ocasiones Argentina se ausentó de un Mundial Sub-20, y la última vez que había quedado marginada en un Sudamericano fue en Colombia-1987, cuando finalizó tercera y sólo se clasificaban dos para ir a la Copa del Mundo que se celebró ese mismo año en Chile.

Ahora, mirará la fiesta desde afuera, justo cuando se cumplirán 30 años de la primera conquista mundialista en la categoría, en Japón-1979, con un equipo que se mantuvo en el recuerdo por la magia de Diego Maradona y los goles de Ramón Díaz, bajo la batuta de César Luis Menotti.
Ausencia en Egipto enciende dudas sobre el futuro de juveniles en Argentina

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